

Para ver esta maravilla hay que hacer una pequeña excusión de dos horas por un sendero hasta alcanzar los 600 metros en que se sitúa este mirador. El camino atraviesa paisajes maravillosos, pequeños arroyuelos, bosquecillos para, finalmente alcanzar las estribaciones rocosas que son el anticipo de esta inconmensurable vista en lo alto de los farallones que enmarcan el fiordo.

Para aquellos amantes de la combinación viajes - naturaleza, este es un lugar para tener en cuenta, dentro de la cantidad de joyas naturales que tiene Noruega.
1 comentario:
Que chulo! me encantaría visitar Preikenstolen
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