El título del post viene por la velocidad por la que pasé por la ciudad el pasado día 16.
Llegamos en coche desde Madrid por temas laborales, y la verdad es que para los que no están acostumbrados a muchos kilómetros en carretera, pues lo considerarían una paliza, pero a los que no les importa, como es mi caso, pues no fue tanta tortura y más si le unimos anécdotas ocurridas durante el camino, el que nos hayamos perdido (en un principio), y como colofón el que hayamos elegido Tordesillas como lugar para llenar los estómagos. Y digo colofón porque me pareció un lugar singular a primera vista...y a última, porque sólo teníamos tiempo de parar para comer y poco más. Eso si, una comida "para chuparse los dedos".
Después del largo paseo, llegamos a León y nos alojamos en el Parador Nacional de San Marcos, un antiguo monasterio del S. XVI, donde realizamos las sesiones de trabajo y las comidas. Quizás le falta algo de modernización, pero tan sólo la arquitectura es suficiente para disfrutar del entorno.
Esa noche paseo por el Barrio Húmedo, con algo de frío (4ºC), teniendo en cuenta de donde vengo, y vuelta al hotel.
Al día siguiente, nueva sesión de trabajo hasta la hora de ir al Aeropuerto de León, que no es fácil de encontrar, o por lo menos para nosotros que nos perdimos y nos dimos cuenta cuando "nuestro avión" aterrizó, ya que la trayectoria de aproximación estaba justo sobre nosotros. Y para aquel que esté sorprendido....si, hay vuelo directo León - Tenerife Norte..
En fin, que seguimos a la carrera.
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